Cristina García Rodero

Se licenció en Pintura por la Facultad de Bellas Artes en la Universidad Complutense de Madrid y allí comenzó su carrera docente, en 1974, impartiendo clases de dibujo en Artes y Oficios y, más tarde, de fotografía en Bellas Artes, compaginando su trabajo con la creación.

Tras quince años investigando sobre los rituales, las celebraciones populares y las tradiciones religiosas y paganas, en 1989 saltó a la fama internacional con su magnífica ‘España oculta’ (1989). Su obra, singularísima, siempre va más allá de lo evidente, y en sus fotografías sabe captar el alma humana detrás de las miradas y los gestos. A través de extensos reportajes realizados sin prisa, como una antropóloga visual, huye del tópico y de lo exótico para buscar tras lo visible.

«Más que de la actualidad, yo lo que quiero es hablar de cosas que no tienen ni tiempo ni fin: del día a día. Hablar de la vida», dice para justificar por qué se considera ‘creadora’ y no ‘fotoperiodista’. Como tal, ha colaborado con prestigiosas publicaciones españolas y extranjeras, atesorando premios, a la vez que ha expuesto en muchos países, figurando ya en las colecciones de grandes museos del mundo.

Premio Nacional de Fotografía, premio de la Fundación Eugene Smith de Nueva York y Medalla al Mérito de Bellas Artes, entre otros galardones, en 2005 se convirtió en la primera artista española en formar parte de la prestigiosa agencia Magnum. ‘Lalibela, cerca del cielo’ (2017) es el último de sus 16 libros de autor. La Seminci le rinde este año homenaje con el Premio Especial a la Creación Artística, y proyecta en la Sección Oficial, fuera de concurso, la película ‘Cristina García Rodero: La mirada oculta’, de Carlota Nelson.

«He tenido la suerte de recorrer el mundo con mi cámara y meterme en la vida de cualquier pueblo o ciudad. Lo que siento es no tener más años para contar más cosas». Son palabras de Cristina García Rodero (Puertollano, 1949), una fotógrafa independiente y libre, toda una pionera en su campo. Sus fotografías son tan poderosas como reales, fruto de una intensa pasión por la vida y por las personas. Son imágenes que nos permiten asomarnos a las vidas y sentimientos de los retratados. Exploradora infatigable de emociones en estado puro, su curiosidad y sensibilidad queda reflejada en cuanto hace.