Es Licenciada en Bellas Artes [UPV-EHU, Bilbao / Escultura en la KBW, Berlín] y ha realizado varias maestrías: Máster en Investigación en Arte y Creación [UCM Madrid], Máster en Gestión Cultural [UC3M] y Máster en Fotografía Contemporánea y proyectos Personales [EFTI Madrid]. Estudios Superiores en Estilismo de Indumentaria [Arte2 Madrid] y Solfeo completan su formación.
Su obra tiene una conexión directa con la cotidianidad, el encuentro y la comunicación entre los individuos. Consciente de cómo las nuevas tecnologías y la red catalizan y magnifican los estados emocionales, se sirve de estos nuevos sistemas sociales y dinámicas de comunicación para contextualizar algunas de sus propuestas; en muchas de ellas es la participación del público la que da sentido a la obra y la dota de un carácter performativo.
Ha sido galardonada con becas y premios de creación tales como C. C. Montehermoso [Vitoria-Gasteiz], El Ranchito en Matadero-Madrid, I Encontro de Artistas Jóvenes, Beca Roberto Villagraz, Propuestas VEGAP y programa especial del Senado [Berlín], entre otros. Ha expuesto su obra en Museo ARTIUM [Vitoria-Gasteiz], Centro Andaluz de la Fotografía [Almería], Museo Barjola [Gijón], Stand ABC Cultural de ARCO [Madrid], Museo de la Comunicación [Frankfurt], así como en varias galerías e instituciones nacionales e internacionales. Actualmente desarrolla su trabajo artístico e imparte conferencias y talleres en varias disciplinas; también es profesional colaboradora en la escuela Ferdinand Freiligrath Schule de Berlín.
Uno de los motores de arranque de este proyecto fueron las reacciones de la gente ante la apariencia personal de la artista. Partiendo del trastorno de identidad disociativo – o trastorno de personalidad múltiple –, en este happening, Edurne Herrán confecciona varias identidades paralelas a la suya propia y las pone en práctica de manera real transformando su estética y su carácter de cara a la sociedad. Así, dependiendo del día, juega con diversos códigos y se presenta como Edurne, Miren, Edelweiss, Inge-Liva, Alicia, Ludovika, Cayetana, Nieves, Elvira, Rosi o incluso Andoni: personajes con peinados, indumentaria y actitudes radicalmente diferentes que desencadenan respuestas diversas en los demás. Cada una de estas personalidades ficticias son en realidad prolongaciones de facetas contenidas en Edurne Herrán y acentuadas para la creación de versiones de su yo. La autora se pregunta por la maleabilidad del futuro: los hechos circunstanciales que lo condicionan, pero también, las decisiones conscientes que juegan un papel crucial en su determinación.
Durante casi tres años, la artista registra su vida mediante varios procesos a los que llama experimentos: acude con sus personalidades variopintas a que le lean el futuro (por medio del tarot, quiromancia y videncia) para demostrar que la lectura es diferente según su aspecto a pesar de ser la misma persona; envía currículos como dos de sus personajes (Miren y Edurne, hermanas gemelas) a la misma oferta de trabajo con el fin de valorar quién tiene más posibilidades laborales y crea diez perfiles falsos en plataformas de ligue para ver quién gusta más.
La autenticidad de este proyecto existencial es cuestionable si se entiende como un ejercicio de veracidad en las informaciones proporcionadas, sin embargo, esta obra podría considerase como la más auténtica que ha realizado la artista hasta el momento si atendemos a la esencia que se desprende de ella. Decía el filósofo Charles S.Peirce que la identidad de un hombre consiste en la coherencia entre lo que es y lo que piensa. Normalmente pensamos muchas más cosas de las que expresamos de cara al exterior porque intentamos reforzar la imagen que hemos creado de nosotros mismos. Sin embargo, ¿no es cierto que a veces nos gustaría comportarnos, vestirnos o manifestarnos de una manera distinta? Sería ideal poder dar rienda suelta a cada uno de nuestros pensamientos y convertirlos en una personalidad nueva según el día, pero es probable que el intento desembocara en un caos total. La artista se ha lanzado a la piscina experimentando semejante cometido para ahondar en la construcción del individuo y demostrar la influencia de la mirada del otro en el autorretrato. Las consecuencias de desarrollar tal polifacetismo podrían rozar la locura, pero ¿acaso no nos aproximarían a la verdadera coherencia? Pregúnteselo a Edurne.
Nerea Ubieto