El horizonte es el lugar en el que la tierra parece fundirse con el cielo, cuando se divisa produce una sensación etérea, intensa e incluso melancólica. Apenas se alcanza el terreno con la mirada, es una luz que se pierde y al mismo tiempo evoca una belleza que parece representar la belleza del mundo en su totalidad. Evoca un más allá desconocido, Lo que está situado tras esa línea borrosa es desconocido para el ojo de quien observa, pero la imaginación lleva a pensar una multitud de posibilidades.
En un primer viaje a la ciudad de Abuja en Nigeria, experimenté una sensación parecida a querer divisar el horizonte. Deseaba poder llegar al extremo de lo visible, aquello que no podía ser capaz de abarcar con mi mirada debido a la lejanía que desprendía para mí aquel lugar. El horizonte es una metáfora de la condición humana por querer alcanzar lo inalcanzable, por establecer metas e ir hacia ellas ignorando el proceso mismo. No es algo estático, es algo que se mueve, pues uno puede imaginar una torre alta en el horizonte y establecer esa edificación como meta de referencia para llegar hasta él, pero, una vez alcanzado, verá de nuevo otro horizonte; esto lleva a pensar que el horizonte no es algo dado en El Mundo Material. El horizonte es más bien un constructo de la psique humana que no está dotada para pensar sin límites. Pero parece que tampoco está dotada para pensar la finitud, ya que una vez alcanzado un límite aparece otro horizonte. El horizonte también es el nombre peculiar que hemos dado a la palabra límite cuando hablamos de paisajes.
Hafsat es la hermana de Zaynab, la visité en su casa de Abuja. Conocerla fue otra de las intensas y limitadas situaciones que experimenté durante aquellos días. Decidimos tomar algunas fotografías de ella en los jardines de la casa de Eva. Hafsat posó ante mi cámara vestida con sus propios diseños y mi imaginario comenzó a percibirla como si tuviera ante mí una especie de diosa africana. Fue la misma sensación de tener delante algo profundo e inalcanzable, parecido a la contemplación del horizonte.
Retratar a Hafsat reflejó la conmoción ante lo desconocido, el color de las emociones vividas durante esos días, y el anhelo por alcanzar ciertos límites y horizontes que se dibujan continuamente en nuestras vidas.